Crónicas del Vitalaza

Es sabido que lo bueno de internet es poder encontrar información sobre cualquier tema, a menudo no toda, pero algo siempre. Al músico aficionado es un recurso que le viene de maravilla. Es mucho más sencillo aprender un instrumento viendo cómo alguien hace lo que tú quieres hacer. En el caso de un guitarrista, aparte del uso de programas informáticos tan útiles como Guitar Pro, éste puede ver, sin moverse de casa, cómo sus ídolos le explican su técnica,  cómo tocan sus canciones, la configuración de sus equipos para sonar igual, y hasta si sacan a pasear al perro por las tardes.

Entre las cosas que se encuentran en este sentido están los consejos, trucos o ejercicios que, desde las más variadas fuentes, aseguran ayudarte a mejorar de cara a tocar en directo lo mejor posible. Haciendo un estricto resumen a modo de moraleja: es necesario divertirse para progresar. Virtuosos expertos coinciden en que tocar un instrumento no es solo ponerte horas a digitar en el caso de la guitarra, a practicar técnicas y demás. Es importante la variedad de actividades relacionadas para mantener las ganas, la tensión, el ritmo de partido, sobre todo a la hora de tocar en grupo. Es decir, es tan importante aprenderte una escala, como improvisar sobre un tema que te guste.

Una de estas actividades complementarias sin duda es conocer el oasis musical que proporcionan los “aperitivos musicales” del bar Vitalaza en Vicálvaro. Es realmente estimulante, “revitalazante” para el grumete que está en esto.  Para el que tiene interés en estar enganchado al mundillo de la música es muy instructivo el imbuirte en sesiones tan puras de rock, sin guión, abiertas a todos y a todo, y con tanta calidad.

oñateVer interpretar “sus coplillas” fabulosamente a dos metros de ti a leyendas como Miguel Oñate, del que bien podemos encontrar material en internet, e incluso charlar con el mítico Pirata como si te conociera de toda la vida (…es que seguro que ya nos conoce a todos!!), es una experiencia que no cotiza en euros.

La última quedada para ir a la sesión era con la complicidad de conocer ya a alguno de los “performers”, en este caso a un autodidacta de la guitarra apodado el Brujo. A medida que llegamos, percibimos el jolgorio entre el personal, tanto de los músicos como de la gente que íbamos a tomal-la. Era la segunda vez que acudíamos, y si algo caracteriza a estas sesiones es la cordialidad y la alegría que se masca en el ambiente. Las relaciones también forman parte del aprendizaje vital, no solo musical, y aquí el ambiente está positivamente cargado de interrelaciones. Es el ecosistema ideal para que se den esos pequeños momentos, mágicos en el instante y memorables luego: estrechar la mano al protagonista de uno de los más grandes misterios sin resolver del Rock español como fue la ruptura de Oñate con Asfalto, y mientras te mira con unos afables ojos azules, dejarte llevar por la imaginación e intentar discernir si pudo ser por el asunto más serio, o si fue porque un día de broma le llamaron “maikelnait” los del grupo en aquellas fechas… todos somos humanos.

Local rectangular de tamaño mediano y altas paredes con la barra en el lateral derecho, al bar Vitalaza se le nota solera por todos los rincones, desde la distribución, con la zona de actuación al fondo, sobre un ligero altizo en suelo preconstitucional, a los altos ventanales que le dotan de una característica luz muy adecuada. Después de unos cafelitos y de departir con nuestro anfitrión el Brujo, nos acoplamos en la barra, casi a la entrada, en un discreto segundo plano por si las moscas de ser invitados al estrado sin venir preparados. La representante de otro local de actuaciones de Coslada nos identifica sagazmente como componentes de un grupo y nos ofrece la posibilidad de un futuro contacto para tocar. Nos sorprende tanto su abierta iniciativa como los chupitos de ron que en un arranque se acaban de pimplar una pareja mientras tomaban unos botellines.Brujo

La euforia crece por momentos y de repente somos abordados para posar en una foto. Muy gustosos, pero se supone que debería ser al revés, que no somos Mick Jagger o Marilyn Manson. Al momento nos piden otra foto para la web del local, nos tienen ya calados de habituales.

A partir de ahí nos dejamos llevar observando las combinaciones y permutaciones de personal e instrumentos en cada tema que se ejecuta. El bajista de un tema con Oñate a continuación toca y clava la rítmica y los solos guitarra para un tema de Pink Floyd. Entre el comando de nombres no tan internéticos que participan en la jam, se incluyen nuestro amigo Luis el Brujo y sus colegas de A Calzón Sacao; forman un entrañable trío genuino en utilizar como uno de sus instrumentos una tabla de fregar de las de toda la vida espectacularmente tuneada y cromada cual escudo del Cid “Canteador”. Las actuaciones se suceden mientras decidimos emprender el retorno, con la certeza de que se prolongarán hasta horas indeterminables.

Dada la oferta musical existente y el estado de la Nación, tienen gran valor iniciativas como esta que reúnen a un grupo de amigos instrumentistas que se juntan para crear y mantener estas veladas tan especiales, haciendo del Vitalaza un paradigma del compañerismo y buen rollo musical. Desde la perspectiva del aficionado, está muy bien dar actuaciones después de ensayar una y otra vez, y como diría el chiste, cobrar ya ni te cuento; pero asistir como espectador a eventos como este que se organiza cada primer sábado de mes también permite empaparte en primera persona del espíritu mismo de esta afición tan gratificante. Y participar algún día, ya ni te cuento.

Cher de Vicálvaro

Más información del Bar Vitalaza en su web y facebook

http://barvitalaza.wordpress.com/

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