NubaRock 2013

Actuación en NubaRock 2013 (26 de mayo de 2013)

Sábado tarde-noche, un poco de fresco pero no renunciamos a unas cañejas en la plaza del pueblo. Todo normal hasta que… sorpresa: los del concurso de NubaRock quieren que estemos allí al día siguiente para la clasificación de grupos de su festival. Vale, todo sea por la patria.

Esta vez hay que llevar menos material: ni luces, ni batería. Nos ahorramos que un coche más recorra ese trayecto tan florido de curvas que nos separa de Nuevo Baztán. Al llegar al recinto de la actuación comprobamos que vamos a ser autodidactas del recibimiento y vamos entrando como el que se ha colado sin querer en un museo, siguiendo el hilo musical.

El lugar para tocar era la Casa de la Juventud de Nuevo Baztán, acogedor complejo con buenas instalaciones. Tras un angosto recibidor se pasa a una antesala con su futbolín, sus mesas, y hasta una especie de reservado con sillones en un lateral. A continuación el auditorio, al cual se accede bajando unas escaleras, no demasiado amplio de fondo, pero cuyas paredes se elevan de manera contundente.

El escenario aparece ante nosotros imponente. Los que parecen ser los “auditores” están ocupados: uno está sentado controlando una mesa de mezclas, y otro con coleta, también sentado, impertérrito toda la sesión, apoyado en un billar americano a un lado de la sala; muy atentos ambos al grupo que toca en ese momento. Aparte del público quinceañero presente, dedujimos que el tercer adulto que había por allí también era del jurado, como así fue: era el hombre del tiempo. Este no paraba con su cronómetro de acá para allá.

Mientras hacíamos tiempo y descargábamos, sagazmente algunos descubrimos que de haber cogido aquellas monedas antes de salir de casa hubiéramos podido tomar algo de las máquinas de refrescos que hacían las veces de inexistente cantina. Hábilmente conseguimos unas botellitas de agua al identificamos como sedientos participantes ante una buena mujer que amablemente las desenclaustró de un cuartito bajo llave.

Es digno de observar lo preparado que va el personal a estas lides. En el grupo que tocó antes que nosotros, desde los guitarristas hasta el bajista, a las 5 cuerdas, llevaban su flamante pedalera de efectos, así como moduladores para las voces, e incluso maquinita de humo. Lo mejor es que los usan muy activamente hasta el punto de llegar a manipular dichos artilugios agachándose en mitad de las canciones en repetidas ocasiones. Un alarde de coordinación, aparte de que tocaban magistralmente.

Es como hacer oposiciones a grupo de música: te puedes encontrar a un grupo que viene de Castellón nada menos (saludos a los colegas de Full Resistance, que nos ayudaron en la puesta en escena y tan buena gente nos parecieron), al grupo de Madrid curtido en concursos, o al del pueblo perdido de la sierra que busca la experiencia… Todos ellos muy buenos músicos.

Una vez que nos toca, subimos, conectamos y acoplamos los instrumentos a la carrera. El sedentario mezclador parece que se afana en que las voces y los instrumentos suenen equilibrados. En la práctica tuvimos problemas para oírnos bien entre nosotros mismos y en las voces también, pero les dimos su ración de Cámester en 7 temas una vez que el “cronómetra” dio la señal. Aunque fue una actuación en nuestra línea enérgica, el sonido a veces parecía hacer algo de “bola”, de ahí que se dice que hasta se vio levantarse de su querido billar al ojeador de la coleta!!.

Tocar en este acto de clasificación ha sido como sí a tu equipo de colegas de baloncesto le invitarán a jugar un partido contra los Chicago Bulls: es competir contra gente que se entrena diariamente y posee los medios físicos y el tiempo necesario para estar a gran nivel. Sin ir más lejos, en el grupo que actuó antes que nosotros, ambos guitarristas son profesores y el baterista es técnico de sonido. Por cierto que finalmente fueron los seleccionados de nuestra tanda.

Nuestra travesía es más bien la de una furgoneta en la que vamos todos juntos y a veces cualquiera tiene que salir al paso en su mantenimiento si se pincha una rueda o hay que cambiar el aceite o los limpiaparabrisas. No tenemos las prestaciones de un súper deportivo; tampoco su consumo. Somos un grupo de adultos con más de media vida a sus espaldas que están en esto hace dos días por afición, no uno de los sofisticado grupos que pisan más «pedales» que los toros de los Sanfermines en el túnel de la plaza.

Sin embargo nuestra música es igual de válida que cualquiera pues también surge de la nada mediante el conocimiento y la inspiración, lo cual no es poco. El objetivo sigue siendo crear nuevas canciones y ampliar repertorio para los directos con otros temas, además de mejorar instrumentalmente. Confiamos en que nuestra «ventaja comparativa» sea crear un tipo de música que transmita algo especial y característico que enganche al menos a los que ya nos conocen.

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